Barbero
hace una distinción entre los pensadores de Europa y estados unidos que
mientras en esos países se venía desarrollando el término de modernidad en América
latina los empresarios y políticos ejecutaban los términos de modernismo,
barbero hace un énfasis de los pensamientos y distinciones de estas culturas
diferentes y los términos que ejecutaban en esa época.
siendo
el siglo XIX donde en Europa experimentan la modernidad debido aun sin números de acontecimientos
sociales como uno de los más resaltantes que fue la revolución industrial así como el
nacimiento del imperialismo que se presentaban en dichas sociedades lo cual
enmarcaba un determinado pensamiento social y se vivía una fiebre de modernidad
conforme se asumía la nueva “experiencia”, la conexión entre cultura y vida, a
la vez que se luchaba con las ambigüedades y contradicciones; que
encaminaron una nueva coyuntura socioeconómica en el mundo, las nuevas
políticas económicas de la época ayudaron a dar una
demarcación totalitaria entre clases sociales existentes. En el siglo xx
se han orientado a las polarizaciones rígidas y las totalizaciones burdas, la
modernidad es aceptada con un entusiasmo ciego y acrítico o condenada con un
desprecio neoolimpico; lo que en el siglo xix fue la búsqueda de la autonomía
del arte para amparar la experimentación y la creatividad, pues en el siglo xx
fue el derrocamiento absoluto de valores y destrucción de tradiciones. Pues de
esta forma la imagen radical del modernismo como pura subversión ayudo a alimentar
la fantasía neoconservadora de un mundo purificado de la subversión moderna. Es
recién en el siglo xx el pensamiento europeo llego a América con mucho
poderío, pues es así que se trataba
de una táctica de expansión geopolítica, por parte de los
países desarrollados hacia los países en desarrollo o
tercermundistas. Según Martin bravo y Jesús morales la modernidad en américa
latina ha sido y es vista con una cierta esperanza, pero una esperanza
revestida de ironía por las promesas incumplidas del proyecto modernizador”
Será en
la segunda guerra mundial la que hará visible el divorcio entre la modernidad
como proceso económico y como movimiento cultural, entre modernización y
modernismo. Al tiempo que la economía rompe por entero sus lazos con el periodo
precapitalista el fordismo irrumpe la producción y el consumo de masas ya no
solo en estados unidos
Sino
también en la Europa misma; el modernismo deja de ser experiencia crítica que
alienta a los movimientos para convertirse en ideología y culto a lo moderno.
La
modernización no nombra únicamente el hecho económico, sino una gavilladle
procesos acumulativos de orden económico, sí, pero también, político y
educativo. Lo que define a la modernización es su convertirse en patrón de
procesos de evolución social neutralizando en cuanto al espacio y al tiempo.
El
modernismo en América latina no ha sido solo modernidad compensatoria de las
desigualdades acarreadas por el subdesarrollo de las otras dimensiones de la
vida social, sino instauración de un proyecto cultural nuevo en lo de insertar
lo nacional en el desarrollo estético moderno a través de revaloraciones que en
muchos casos se hallaban vinculadas a la búsqueda de la transformación social,
el modernismo fue no en muy pocos casos ámbito y aliento de la recreación de lo
nacional.
El
proceso más vasto y denso de modernización en América latina va a tener lugar a
partir de los años 50 y 70 y se hallará vinculado decisivamente al desarrollo
de las industrias culturales. Son los
años de la diversificación y afianzamiento
del crecimiento económico, la consolidación de la explanación urbana ha
ampliación sin procedentes de la matrícula escolar y la reducción del analfabetismo
junto a ello acompañado ese desarrollo se producirá la expansión de los medios
masivos y la conformación del mercado cultural... según José Brunner es solo a
partir de ese cruce de procesos que puede hablarse de modernidad en estos
países, pues más que como experiencia intelectual ligada a los principios de la
ilustración, la modernidad en América latina se realiza en el descentramientos de
la fuentes de producción
La
“patología de la modernidad” se inició cuando los
“futuristas” italianos metieron en un mismo saco todas las
tradiciones asemejándolas a la esclavitud mental y el poco
deseo de superación, proclamando así a la modernidad como la
primera oportunidad de libertad para los hombres latinoamericanos,
creando de esta manera a una sociedad tecnócrata
y a un hombre de masa. Es precisamente esa desconexión en sus
orígenes cognitivos lo que hace que se cree condiciones
equivocas en el sentir postmoderno, el post bajo este
contexto no significa sucesión, no es lo que sigue, es más
bien una forma incrementada y evolucionada de olvidar y
reprimir el pasado.
La
cultura que se origina en razón de una modernidad que no termina de
configurarse en Latinoamérica y la posmodernidad que aparece en escena
presionando sobre tradiciones ritualizadas. A estas culturas que atribuyen
recibo de los cruces interculturales generados por las migraciones masivas y
las nuevas tecnologías se les llama culturas híbridas que se centran entre lo
autóctono y lo extranjero, lo popular y lo culto, lo tradicional y lo moderno.
En cuanto
a la post modernidad Barbero nos dice que la postmodernidad no significa la
negación o el desconocimiento del pasado sino la negación a la nostalgia de la
totalidad como unidad, el término “post” que significa el despegue de una
sociedad más plural y abierta.
A su
vez Vattimo hace una reflexión sobre la crisis de la modernidad y propone una
“ontología del declinar” en la que se busca dar cuenta del debilitamiento de la
realidad que constituye lo esencial de la experiencia posmoderna.
Ahora
la post modernidad en América latina es menos
cuestión de estilo que de cultura y de política
Para el
proceso de desarrollo no se centra necesariamente por una buena tecnología, está
bien la modernidad trae todo eso, pero creo que es una de las herramientas
perfectas para que conjuntamente con nuestra cultura sea una clave para generar
desarrollo, tomar a las dos de suma importancia no aliñarse con otras
sociedades ya que el desarrollo surge buscando y encontrando nuestra cultura,
sin olvidarnos de ella.
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